Cuánta razón tenías... Me quedé esperando lo que nunca llegó. Y sin la más mínima intención de cuidarme, me dejó sin nada.
Tenía esperanzas ¿sabes? Creí de verdad que esta vez sería distinto y con eso de que me gustan las emociones fuertes, se me hizo fácil aventarme al vacío.
Al principio todo fue bello, esa sensación de miles de mariposas revoloteando en el estómago y la aceleración del ritmo cada vez que estaba cerca llenaban mis días y mis noches. Después, ese sinsabor de las despedidas y al final el taciturno encuentro del ya no más.
Entregué todo y ahora sí me quedé sin tiempo, sin espacio y con dolor. Tal vez sea mañana, quizás alguien más.
Atte. El Corazón
Paisajes Urbanos
Mi escondite favorito, aquí y allá.
lunes, 20 de abril de 2015
jueves, 5 de febrero de 2015
Tormenta
Puedo saborear el tiempo apacible, denso y lleno de rigor. Siento su delicadeza en mis labios, acariciándose como si se tratara de un frágil recuerdo a punto de convertirse en polvo.
Las ganas de no besarte se convierten en una cruz muy pesada por cargar. Mi cuerpo te recuerda, mis poros transpiran tu esencia y el deseo se materializa latente, como intentando arrancarte de esos brazos ajenos.
El pensamiento se paraliza y queda inmerso en una vorágine de recuerdos tontos, sin sentido. Necesito sentir tu tacto sobre mi piel, áspero y desesperado como quien busca posesión.
Deseo tenerte conmigo, por las noches y en el día, aunque no estés aquí. Deseo encontrarte no distante del candor que produce mi piel.
Me siento atraída hacia ti como una luciérnaga va hacia la luz. No creo en nada ni en nadie, solo en nosotros, pero no puedo leer tus pensamientos más allá de ese vacío que dejas cuando te vas de mí.
Confieso que vivir enamorada del amor, de ti y de tu recuerdo, es un contrato con cláusulas demasiado pequeñas. Tu voz ya no me lleva a puerto seguro...
Y entonces lo entiendo... La historia se repite, la tormenta comenzó.
Las ganas de no besarte se convierten en una cruz muy pesada por cargar. Mi cuerpo te recuerda, mis poros transpiran tu esencia y el deseo se materializa latente, como intentando arrancarte de esos brazos ajenos.
El pensamiento se paraliza y queda inmerso en una vorágine de recuerdos tontos, sin sentido. Necesito sentir tu tacto sobre mi piel, áspero y desesperado como quien busca posesión.
Deseo tenerte conmigo, por las noches y en el día, aunque no estés aquí. Deseo encontrarte no distante del candor que produce mi piel.
Me siento atraída hacia ti como una luciérnaga va hacia la luz. No creo en nada ni en nadie, solo en nosotros, pero no puedo leer tus pensamientos más allá de ese vacío que dejas cuando te vas de mí.
Confieso que vivir enamorada del amor, de ti y de tu recuerdo, es un contrato con cláusulas demasiado pequeñas. Tu voz ya no me lleva a puerto seguro...
Y entonces lo entiendo... La historia se repite, la tormenta comenzó.
lunes, 12 de enero de 2015
Siento miedo
Hace mucho tiempo que no sentía este vacío de alma que se apodera del cuerpo. Como si una onda paralizante te recorriera y no te permitiera respirar o vivir. Inhalar aire se convierte en una hazaña ya que sientes que algo te oprime y te seca por dentro. Una desgarradora sensación te hace pedazos las entrañas más allá de la vida misma y los latidos comienzan a sentirse en todo el cuerpo. Percibes los millones de glóbulos rojos que se pasean por tus venas intentando hacerlas estallar; golpean como si desearan libertad.
Hace años que no se hacía presente ese nudo agolpado en la garganta, como si existieran miles de gritos ahogados luchando por salir al mismo tiempo. Mis manos y pies están helados, y le dan la bienvenida al dolor; cada sensación se multiplica y se hace presente exigiendo estar donde ya existe algo. Las lágrimas no pueden salir, algo se secó dentro de mí. Algo que antes me hacía estar viva ha abandonado mi cuerpo.
Siento miedo, tengo mucho miedo.
sábado, 20 de diciembre de 2014
Muerte
Sólo hay vacío más allá de la nada. El final del camino se vuelve pesado y el aire denso tiene un hedor a miedo y a muerte.
Escalofríos recorren el cuerpo y se pasean por todo el ambiente como espectros que divagan de un tiempo a otro en bosques perdidos. Los pensamientos se congelan, sin pasado ni presente. A medio camino observo mi reflejo y en él sólo veo un rostro demacrado, sin gracia y carente de latidos. Una imagen cadavérica me miraba desde el otro lado y parecía conocer la certeza de lo inminente. Solo existe negro, el aire desaparece, nada falta, nada sobra y los pensamientos se van.
jueves, 25 de septiembre de 2014
No me pidas nada
Mi mundo está de cabeza y ya no existen mareas que surquen la arena en el fondo del mar. A pesar de que tenía la vista fija hacia el horizonte, pasó; ocurrió lo inimaginable. Antes de cumplir los 30, todo se invirtió como si una fuerza opuesta a la gravedad se apoderara de mi ser; y pese a que todo se percibe tan igual está "patas pa'arriba".
¿Quién iba a pensar que las leyes de la física se iban a ir de paseo y permitirían al caos adueñarse de mi existencia? No entiendo nada, me hablas y es como si exahalaras silencio de tu boca y la tarea vomitiva de llenarme la cabeza de tonterías parece no surtir efecto. Intentas tomar mis manos entre las tuyas y mis manos caen como si las tocara el agua. Y luego, después de una vida, me ilumina una respuesta a manera de pregunta:
Si mi mundo está al revés, entonces no me pidas nada y así, tal vez, seremos felices.
¿Quién iba a pensar que las leyes de la física se iban a ir de paseo y permitirían al caos adueñarse de mi existencia? No entiendo nada, me hablas y es como si exahalaras silencio de tu boca y la tarea vomitiva de llenarme la cabeza de tonterías parece no surtir efecto. Intentas tomar mis manos entre las tuyas y mis manos caen como si las tocara el agua. Y luego, después de una vida, me ilumina una respuesta a manera de pregunta:
Si mi mundo está al revés, entonces no me pidas nada y así, tal vez, seremos felices.
martes, 26 de agosto de 2014
Vives en mis pensamientos
En mis vanos intentos por desterrarte de este incierto corazón, te me regresas.
Te me escabulles entre los rincones más profundos del pensamiento, y en mi desesperación por hallar tu presencia, te sigo sola y a lo lejos... Me diriges a las memorias de lo no vivido, de lo perdido y no encontrado.
Vives en mi pensamiento y te has instalado tan absurdo y tan cobarde que te has convertido en el habitante altanero que no piensa desertar. No admites culpas ni invitados en ese espacio que coronaste como sagrado y a donde me obligas a entrar a la primer caricia de la noche. Me invade el silencio.
Vives en mi pensamiento y te pregunto ¿por qué no te quieres ir?, ¿qué te queda aquí?
Y me sonríes con dibujando esa sutil curva entre tus labios. Me desarmas.
Te detienes un momento, me miras... y conviertes mi tierra firme en arenas movedizas,
mis noches en insomnio y mi tiempo en eternidad. El sentimiento me traiciona.
Vives en mi pensamiento y lo reclamas como propio. Has desterrando todo, sin dejar a nadie entrar.
No te vas... no quiero que te vayas, y cuando caigo de rodillas abatida en llanto me siento absurda.
Me confundes y mientras yo estoy llena de "quisieras" y "quizás", tú sólo vives en mí,
habitas ese lugar tan tuyo, tan nuestro, cada vez menos mío, no hay más.
Vives en mi pensamiento y no te quedas conmigo, no te tengo, y tu a mí sí.
Y pese a todo resguardas cada rincón receloso de todo intento ajeno por conquistar lo que crees tan tuyo.
Demandas que te pertenece, por derecho de antigüedad o por costumbre, pero no porque lo quieras de verdad,
no lo anhelas, y no te importa, porque te sientes cómodo en ese lugar sagrado del amor.
Vives en mi pensamiento y te has convertido en mis sonrisas, en mis lágrimas, en mis anhelos y en mi dolor.
No te vayas, no me dejes, siempre tuyo mi corazón.
Te me escabulles entre los rincones más profundos del pensamiento, y en mi desesperación por hallar tu presencia, te sigo sola y a lo lejos... Me diriges a las memorias de lo no vivido, de lo perdido y no encontrado.
Vives en mi pensamiento y te has instalado tan absurdo y tan cobarde que te has convertido en el habitante altanero que no piensa desertar. No admites culpas ni invitados en ese espacio que coronaste como sagrado y a donde me obligas a entrar a la primer caricia de la noche. Me invade el silencio.
Vives en mi pensamiento y te pregunto ¿por qué no te quieres ir?, ¿qué te queda aquí?
Y me sonríes con dibujando esa sutil curva entre tus labios. Me desarmas.
Te detienes un momento, me miras... y conviertes mi tierra firme en arenas movedizas,
mis noches en insomnio y mi tiempo en eternidad. El sentimiento me traiciona.
Vives en mi pensamiento y lo reclamas como propio. Has desterrando todo, sin dejar a nadie entrar.
No te vas... no quiero que te vayas, y cuando caigo de rodillas abatida en llanto me siento absurda.
Me confundes y mientras yo estoy llena de "quisieras" y "quizás", tú sólo vives en mí,
habitas ese lugar tan tuyo, tan nuestro, cada vez menos mío, no hay más.
Vives en mi pensamiento y no te quedas conmigo, no te tengo, y tu a mí sí.
Y pese a todo resguardas cada rincón receloso de todo intento ajeno por conquistar lo que crees tan tuyo.
Demandas que te pertenece, por derecho de antigüedad o por costumbre, pero no porque lo quieras de verdad,
no lo anhelas, y no te importa, porque te sientes cómodo en ese lugar sagrado del amor.
Vives en mi pensamiento y te has convertido en mis sonrisas, en mis lágrimas, en mis anhelos y en mi dolor.
No te vayas, no me dejes, siempre tuyo mi corazón.
jueves, 20 de febrero de 2014
Ashes to ashes
Quiero sentir el vértigo de caer en picada hacia ese mar de emociones que alimenta al amor...
Deseo someter mi alma indomable a la sorpresa de lo incierto que alberga mis miedos...
Necesito creer otra vez en la duda, en la certeza y en todo lo que no sea ni de ti ni de mí...
Me cansé de regalarte el silencio de mis anhelos, la culpa de lo no dicho y la tortura de mis secretos.
Necesito comenzar a vivir.
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