Tomé su mano, la palidez de su rostro iba aumentando poco a poco. El calor se escapaba de su cuerpo y la rigidez acrecentaba la dificultad para sostener su cabeza entre mis dedos.
Lo besé, sentí el último suspiro desprenderse de él. Se matuvo flácido por algunos instantes y el calor le abandonó por completo.
"Te necesito", una lágrima rodó por mi mejilla. La sentí caer en cámara lenta. La sentí correr casi como si me arrancara los ojos. No quería verlo, quería sentirlo; respirar su presencia. Se había ido.
3 comentarios:
¡Buuuuuuh! :'( Me sacaste lágrimas. Espero que no hables de algo real y que sea una historia que se te ocurrió escribir.
Chio.... se fue, te quiero
...
me dejas sin palabras
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