Inexplicablemente encuentras la manera de abrazar mi pensamiento.
Más allá del tiempo, fuera del espacio y sin avisar, tocas mi mente.
Te tengo a pedazos en mi pensamiento y me parece inalcanzable tu totalidad.
Te extraño a mi manera, por segundos, y al respiro siguiente te me olvidas.
Te extraño a mi manera, por segundos, y al respiro siguiente te me olvidas.
Pero es en esos segundos cuando me vuelvo tuya.
Recuerdo lo bello, lo amargo, lo milagroso y lo acordado.
Tiro por la ventana lo absurdo y me quedo con tu esencia.
Te extraño a fuerzas porque ya no quedan recuerdos.
Porque el instante que llegas es fugaz y sin reserva.
Porque te deseo en este instante y te odio en el siguiente intento.
Dejo que la brisa me regrese tu olor y me paralizo.
Te extraño y te sigo amando, pero tú ya me olvidaste.
Te extraño y te sigo amando, pero tú ya me olvidaste.
¿Por qué me recuerdas cuando te arrojo al olvido?
¿Por qué me enamoras cuando me obligo a odiarte?
¿Por qué simplemente no vienes y me robas un beso, para odiarte y amarte como siempre lo he hecho?
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