lunes, 20 de abril de 2015

Carta a la Razón

Cuánta razón tenías... Me quedé esperando lo que nunca llegó. Y sin la más mínima intención de cuidarme, me dejó sin nada.

Tenía esperanzas ¿sabes? Creí de verdad que esta vez sería distinto y con eso de que me gustan las emociones fuertes, se me hizo fácil aventarme al vacío.

Al principio todo fue bello, esa sensación de miles de mariposas revoloteando en el estómago y la aceleración del ritmo cada vez que estaba cerca llenaban mis días y mis noches. Después, ese sinsabor de las despedidas y al final el taciturno encuentro del ya no más.

Entregué todo y ahora sí me quedé sin tiempo, sin espacio y con dolor. Tal vez sea mañana, quizás alguien más.

Atte. El Corazón