lunes, 19 de agosto de 2013

Amor bajo el reflector

Ella no quería confesar lo que estaba sintiendo.
Él era atento, amable, guapo y un verdadero caballero. El dinero le sobraba, pero para ella eso era lo de menos.
Ella, no podía hacer más que pensar en él, día y noche extrañaba sus brazos y por momentos sentía que necesitaba gritar a los cuatro vientos lo enamorada que estaba de ese hombre.
Él no tenía más familia que su perro, quien lo había acompañado la mayor parte de sus años de adolescente, y quien había evitado que la soledad le molestara.
Ella, venía de una familia cristiana, visitaba cada domingo la iglesia y nunca salía después de las 10 de la noche de casa.
Él la veía con amor.
Ella no podía negar lo que sus ojos y su sonrisa exclamaban a la vida.
Él sólo quería dedicarle su vida.
Ella solo rió ante la ironía de la vida.
Nadie habría creído que una señorita de buena familia se enamoraría de un actor... sí, un actor de películas porno.

Fin
Hace años que no veo tu mirada. No he podido distanciar tu imagen de mis pensamientos y, no me preguntes por qué pero, te siento tan lejos que duele. A veces desearía que pensaras en mí. Que alguien te recuerde a mis besos y que en tu mente confundas su nombre conmigo. Quisiera que pasara algo para dejar en negro los sentimientos y que las cosas marcharan desde cero. Quiero sentirte, quiero vivir ese amor que quedó a medias, quisiera vivirlo contigo y a través de tus ojos. Por favor... dime que piensas un poquito en mí, que aún recuerdas el nosotros y que de vez en cuando suspiras al cielo imaginando que ocurre de nuevo. 


¿Sabes? Quiero vivir mi final de vivieron felices por siempre contigo. 

domingo, 18 de agosto de 2013

Confesiones (Parte 2)

Soy muy friolenta.
No me gustan ni el pápalo ni el epazote.
Nunca he teñido mi cabello, me gusta de color negro natural.
No tengo televisión en mi cuarto, no me gusta. 

Me encanta la vida bohemia.
Disfruto la literatura erótica, cuando está bien escrita.
Lo primero que hago después de despertar es poner música.
Mi trabajo perfecto es como escritora.

Me gustan los retos, y aprender cosas nuevas.
Los tres puntos cuando escribo mensajes, significa: there're things I left unsaid.
Adoro acompañar una copa de vino rosado con un trozo de chocolate amargo.
Me gusta que me abracen.

Quisiera estudiar medicina: me siento vieja.
Me gusta mucho la salsa (ambas: la que se baila y la que se come)
Me encanta bailar, nada me parece más sensual que un baile donde se compenetran dos almas.
Creo en las señales del destino y que todo pasa por una razón.





miércoles, 14 de agosto de 2013

Confesiones (Parte 1)

La soledad me asusta.
Tengo fobia a las multitudes.
Padezco un leve grado de OCD, pero a veces me gusta no tener el control.
Tengo miedo a amar pero vivo enamorada del amor.

Guardo secretos que a nadie le cuento. (Como todos)
Mi más grande sueño es escribir un libro que cuente una buena historia.
No disfruto los libros con finales felices.
Me duele ver el sufrimiento en los animales.

A veces lloro viendo películas, o leyendo libros.
Me encanta viajar, pero me falta tiempo y a veces dinero.
Me escondo detrás de una sonrisa.
Sueño despierta todos los días.

Me aburre la rutina.
Adoro el chocolate.
Recuerdo fechas y eventos importantes sin dificultad.
No me gustan las películas de terror porque acabo con mis uñas.

Alguien habita en mi corazón, y no lo sabe.
Hay canciones que me hacen suspirar.
Mi memoria olfativa me juega trastadas muchas veces al día.
Tengo miedo a ir al dentista... y a los doctores en general.

Creo en el esoterismo, y también en Dios.
Soy apartidista y openminded.
Me molesta cuando se habla mal de alguien a sus espaldas.
Me gusta decir y que me digan las cosas a la cara.




viernes, 22 de febrero de 2013

Moving on

Te esperé durante muchos años. Mil veces me cerraste la puerta y yo, temerosa a salir y no encontrarte, permanecía inmóvil, silente y expectante a tu regreso. Fui siempre fiel a tus palabras, y seguí tu voz como si ésta fuera mi único alimento, pero confieso que llegué a hacerlo más por ilusa que por convicción (ahora lo sé).
Creí en tu todo, sentí que eras el único camino al cielo y llegué a pensar que tu cuerpo era la única forma de paraíso existente en vida. Imaginé mil veces que entenderías algún día que ese consuelo que buscabas en otras mujeres y que no te llenaba era por mí. Pensé (estúpidamente) que sabrías en un momento de iluminación divina que no era que estuvieras condenado al fracaso sentimental; simplemente te cegabas ante la verdad y, sin verme tal cual yo estaba dispuesta a ser para ti, dabas la vuelta ignorando mi mirada suplicante de tu esencia.
Te esperé, y te esperé con celo, con ganas y con deseo. Te esperé despierta y en sueños, con la luna de testigo y ante el sol inclemente que arde como mi corazón. Te esperé tantos días, meses... tantos años que llegué a creer sólo tú podías ser para mí lo que yo tanto deseaba ser para ti. Me equivoqué.
Y créeme  no es fácil aceptarlo; pero enfrenté mis demonios. No me preguntes con qué fuerza porque no lo sé. Ni siquiera creo haber tenido ni un halo de esperanza atravesando el alma, pero pasó.
Te quise y te amé como una estúpida colegiala enamorada por primera vez. Pero ya no duele saberlo, ni pensarlo. Ya ni siquiera puedo recordar lo que sentía cuando pronunciaba tu nombre...
Ya eres nadie y lo que sentí por ti se ha vuelto nada. Por eso hoy... Hoy te dejo ir

domingo, 20 de enero de 2013

Sin tregua

Siempre vendrán tiempos mejores, eso dice la gente mayor; pero en los cuantos años que llevo de vida he descubierto que en "tiempos mejores" también es posible que no seamos capaces de resolver nuestras interrogantes. No encontramos el por qué de esa loza ardiente que cargamos como vida. Ese bagaje que nos incauta la alegría y nos deja secos y marchitos cual rosales en desierto.     
     También los he escuchado decir no siempre se gana, y a veces se pierde, como si la amnesia de lo ingrato, fuera una condición que duele pero no lastima.
Exhalaciones de tiempo están surcando mi piel, y observo el cómo se me va la vida mientras voy corriendo tras de ella. Me convierto en un simple espectador, y me convierto en una lastimera muestra de melancolía e indiferencia, porque descubro que eso que llaman vida cada vez depende menos de nosotros, no nos dan a elegir.
     Escucho sólo incoherencias en este candor tortuoso que llaman vida (sin ti) y sin gloria nos desplomamos como soldados de tierra bajo las aguas que derriten sus delgadas filas. No sé si te debo conocer para encontrarte. No sé si con el sólo elixir de tu existencia baste, pero me demuestro tan indefensa e insaciable que no quiero dejarlo ir... Y salgo corriendo tras ese pensamiento que me destierro yo misma de esas tierras paradisíacas que me invitan a sentir. Un sentimiento carnal controlado por deseo o un deseo carnal controlado por un sentimiento... Un deseo de ti...


Quien fuese hierro para deformarse con el fuego y transformarse en solidez. Quien fuese hierro para no sentir.
Quien fuese tú.