sábado, 10 de noviembre de 2007

Being the Best friend sucks

Curioso... Hoy alguien me dijo que está cansado de que lo cataloguen en un mismo personaje dentro de ciertas obras de teatro. Yo estoy cansada de que la vida me catalogue siempre como la mejor amiga. Ya me cansé de jugar ese papel en el que una tiene que sonreir y ser el pilar que apoya siempre al amigo. Ya saben, toda esa tontería de: la fuerza que te ayuda a levantar, y la esperanza que se necesita cuando se pierde la fe. Estoy cansada de jugar a callarme la boca cuando se trata de sentir lo que una siente. Cosas como:

- Necesito hacerte una pregunta... - Con un tono de seriedad absoluta.

Una piensa, por supuesto, me va a confesar su amor eterno y seremos felices para siempre.

- ¿Cómo le llego a sutanita? -

- (Qué Ching... ¿sutanita? No, si debería ser yo... pegúntame cómo me llegas a mí... no a Sutanita.. por Dios) Claro, mira podrías primero llevarla al cine, invitarla a cenar, comprarle flores...

Y es ahí cuando le describes tu cita perfecta... La única diferencia es que la chica no eres tú, sino "Sutanita". Claro, las cosas no pueden salir como una espera.

Ser la mejor amiga es lo peor de este planeta, se sufre a madres... ¿Y acaso creen que tenemos posibilidad de que algún príncipe azul llegue y nos quite la venda de los ojos? (Sigan soñando)

Pero claro, no hacemos más que tragarnos el orgullo, sonreir y seguir siendo la mejor amiga.
La que hace todo para que "el amigo" sea feliz. ¿Vale la pena? No lo sé, sólo sé que ser la mejor amiga apesta cuando la vida te encasilla en ese papel una y otra vez.

jueves, 8 de noviembre de 2007

El adiós

Tomé su mano, la palidez de su rostro iba aumentando poco a poco. El calor se escapaba de su cuerpo y la rigidez acrecentaba la dificultad para sostener su cabeza entre mis dedos.
Lo besé, sentí el último suspiro desprenderse de él. Se matuvo flácido por algunos instantes y el calor le abandonó por completo.
"Te necesito", una lágrima rodó por mi mejilla. La sentí caer en cámara lenta. La sentí correr casi como si me arrancara los ojos. No quería verlo, quería sentirlo; respirar su presencia. Se había ido.