lunes, 29 de agosto de 2011

Letargo

Hoy fue uno de esos días.
Uno de esos días en los que la mente se queda en blanco, la vista se pone negra y el alma queda vacía.
Hoy el sopor de la sangre se quita los celos, levanta la esperanza sin sueños y la carne sabe a azufre.
Hoy tengo el peor de los sentimientos clavado en la garganta, ahogado en un grito que no suena y se queda ahí, en el centro del pecho en donde se quema algo por dentro.
Hoy no sé por qué, pero estoy durmiendo y mañana... mañana quién sabe.