miércoles, 3 de octubre de 2012

Amor por hora

Él la admiraba desde la cama. Su silueta formada con curvas casi perfectas le tenía embelesado. Recién la había tenido en sus brazos y la había poseído con fuerza, pero necesitaba volver a tenerla tan cerca para rozar con sus dedos cada centímetro de su cuerpo.
     Él la deseaba, y ella parecía moverse provocativamente mientras se vestía. Ella lentamente acomodó sus bragas, que descubrían la mitad de sus nalgas pasando su dedo índice por el contorno de la frontera del encaje, y luego subió los tirantes acariciando la forma de sus brazos. Ella abrochó lentamente cada uno de los broches del sostén y se colocó las medias, llevando el torso de su mano rozando sus piernas. 
     Él observaba atento. Hacía tiempo que no conocía a una mujer que le provocara esa sensación de deseo en cada parte de su cuerpo, pero el bulto en la entrepierna lo hacía cada vez más evidente. Mientras ella abotonaba su blusa, él recordaba la tensión placentera en su cuerpo tras liberar cada uno de los botones minutos antes. Ella se continuaba vistiendo.
     Mientras ella tomaba su bolso, él se levantó de la cama. Tomó su billetera y depositó $300 dólares sobre   la mesa al lado de la puerta. Ella tomó los billetes y regresó a la cama para amarlo nuevamente. 

No hay comentarios: